Hoy en día, casi todos, tenemos algún familiar, amigo, conocido… con esta enfermedad: cáncer.

En algunas ocasiones, podemos llegar a sentirnos con dificultad de no saber cómo actuar, o qué decirle (“encontrar las palabras adecuadas”), dado que muchas veces, por miedo a no saber que decir, de que podamos hacerle sentir mal a la otra persona, nos alejamos de ella.

cáncer qué decir

Es importante, desde el primer momento, que reconozcamos la situación, siempre de la forma, que nos sintamos, lo más cómodos posible, y sobre todo, mostrar interés y preocupación, ofreciéndoles nuestro apoyo en todo momento, cuando lo necesiten: “tender nuestra mano”. Hacer saber a la otra persona, que estamos ahí, que puede contar con nosotros en cualquier momento, y para lo que necesite: hablar, acompañarle a las pruebas, preguntarle, o simplemente estar con ella (a veces, pequeños gestos, con gran amor, son los que más ayudan en estas situaciones).

Mostrar interés por la otra persona que tiene cáncer, puede llegar a ser muy significativo para ella, y sobre todo escuchar con atención, es una de las mejores formas en las que podemos ayudar.

Algunas de las expresiones, que pueden ser útiles para ayudar a una persona con cáncer, podrían ser:

  • “Si quieres hablar de ello, aquí estoy
  • ¿En qué te puedo ayudar?
  • Cuenta conmigo
  • “Siento enterarme de que te haya sucedido esto”
  • “No sé que puedo decirte, pero quiero que sepas que me preocupo por ti”…

Habrá muchas veces, que no sepamos qué decir, es normal, que también nos quedemos impactados por la noticia, pero no pasa nada, es bueno sincerarse, y también, decir que no sabemos que decirle, siempre y cuando, mostremos interés y preocupación por ella (como en el ejemplo, de la última expresión).

Otra de las cosas, que también ayudan, es preguntar cómo podemos ayudar (“romper el hielo”), y mostrar respeto por la decisión que tome la persona con dicha enfermedad, mostrando lo que nos quiere contar y lo que no, y cuándo y cómo, y si no quiere hablar de ello, respetarlo.

El cáncer, cómo ya venía contando en artículos anteriores, es una enfermedad muy temida por muchas personas, y puede crear algunas dificultades para quienes nunca se han enfrentado a ella, o no les ha tocado vivir de cerca esta enfermedad (por un familiar, amigo, o conocido).

Es normal sentir miedo o malestar ante ello, no debemos avergonzarnos de nuestros propios sentimientos (debemos exteriorizarlos también).

Si nos empieza a hablar del cáncer la persona que ha sido diagnosticada, no debemos cambiarle de tema (dado que ella quiere hablar con nosotros sobre ello). En algunas ocasiones, nos podemos sentir bloqueados en ese momento, o no sentirnos preparados para hablar sobre ello, y sintamos la necesidad de salir de la habitación (del hospital, su casa…), es conveniente hacérselo saber, y mostrarse honesto con ella, de cómo nos sentimos, y veremos, cómo expresando lo que sentimos con la otra persona, lo hace mucho más fácil.

Otra de las cosas importantes, que debemos hacer es: animar, pero sin mostrarle un falso optimismo o decirle que sabemos cómo se siente (dado que no lo sabemos, hasta que no te toca vivirlo, no sabemos lo que es), o decirle, que debe tener siempre una actitud positiva (dado que también es importante que tenga sus momentos de desahogo, y pueda hacerlo).

Solemos experimentar mucha ansiedad, cuando la persona cercana a nosotros, tiene nuestra misma edad, ¿por qué?: El cáncer, lo asociamos a la muerte (cosa que no deberíamos hacer), y pensamos, que nos podría pasar a nosotros, y empezamos a experimentar los mismos pensamientos y sentimientos que ellos: tristeza, el sentimiento de no creérnoslo, incertidumbre, ira, insomnio, miedo de nuestra propia salud (empezamos a ver o notar cosas dónde no las hay), o culpable por estar sanos y la otra persona no. Todos estos pensamientos o sentimientos, son normales experimentarlos (lo raro sería no experimentarlos).

Muchas veces, la persona con cáncer, tire del humor y la risa, una de las cosas más saludables, encontrar algo divertido acerca de la pérdida o mejora del apetito, u otros efecto colaterales. Nos podemos unir a ellos en ese sentido del humor, a esos comentarios graciosos, pero siempre cuando la iniciativa la toma la persona afectada, nunca nosotros, a no ser que estemos muy seguros de que le va a hacer gracia, y no le va a sentar mal.

También, cuando tenga buena apariencia, es bueno hacérselo saber (dado que su autoestima aumentará), y nos lo agradecerá, ya que en muchas ocasiones, no se suelen ver muy bien o no se sienten bien consigo mismas, pero siempre, siendo sinceros, no debemos decir cosas positivas, si no son reales; al igual, que si su apariencia no es muy buena, debemos evitar comentarios cómo: “estás pálido”, “te has quedado muy delgado”, “que mal te veo”…

En algunos casos, podemos conocer otras historias acerca de familiares, amigos, o conocidos, que hayan tenido cáncer, aunque tengamos conocimiento de esas historias, es mejor no compartirlas, a menos que lo deseen, dado que cada uno es diferente, y no todos lo llevan de la misma manera, y a veces, con esos comentarios podemos dañar, o causar falsas esperanzas. Aunque, si hemos tenido algún familiar con cáncer, es bueno que lo sepan, dado que le puede dar confianza en sí misma, y normalizar la enfermedad.

Debemos en todo momento, respetar su privacidad, no debemos de ir comentando nada de lo que la otra persona afectada nos diga sin su previo permiso. Ellas, deben ser las que comuniquen a quien quieren contar su enfermedad. Puede haber casos, en los que nos pregunten por detalles de su enfermedad (otros familiares, amigos, o conocidos), ante ello, debemos expresar cosas cómo: “no es cosa mía hablar sobre ello”, “estoy seguro que ella apreciará su interés por ella”, “ya se lo diré, que has preguntado por ella”…

También, podemos enterarnos a través de algún comentario, de otras personas, de que alguién conocido tiene cáncer, en este caso, conviene preguntar a esa persona, quién se lo dijo.

  • Si la información es pública, no debemos ignorarlo, como si no supiésemos nada, cuando tengamos ocasión de encontrarnos con la persona afectada, de una forma sútil y cuidadosa, podremos decirle cosas cómo: “me he enterado de lo que te está ocurriendo, lo siento”.
  • En caso de que la información no sea pública, no debemos decir nada.

En muchos casos, nos podemos sentir enfadados, heridos, si alguién cercacno, no nos ha comunicado su diagnóstico de cáncer. Debemos entender, que no todas las personas se adaptan tan rápido al diagnóstico, y les cuesta asimilarlo, y no se encuentran preparados para hablar de ello ante nosotros, no debemos tomárselo personalmente, y centrarnos más, en cómo podemos servirle de ayuda, a partir de que lo sepamos.

Algunos consejos útiles de lo que podemos hacer:

  • Respetar las necesidades de hablar o callar de la persona afectada ( a algunas personas no les gusta hablar abiertamente de su enfermedad, en cambio otras sí)
  • Hacerle saber que cosas nos preocupan, y demostrar nuestra ayuda
  • Respetar sus decisiones, auqnue no estemos de acuerdo acerca de sus cuidados y tratamientos
  • Contar con ella, para actos sociales, activiades de ocio, trabajo… ella será quién decida, si está preparada para ir o no
  • Sentarnos y escucharle, lo que quieren y necesitan es tener a alguién cerca, para que les escuche y entiendan su punto de vista
  • Empatizar con ella
  • Ser pacientes y compasivos, dado que habrá días buenos, y otros malos, a nivel emocional y físicamente (actuar lo más normal posible)
  • Dar nuestro apoyo, de forma concreta y específica

Algunos consejos útiles de lo que no podemos hacer:

  • Dar consejos, juicios, recomendaciones, cuándo no nos lo han pedido
  • No tomar las cosas a pecho o mal (ya que, en ocasiones, pueden sentirse tristes, malhumorados, o quieran estar solos)
  • Tener miedo de hablar con ellos de su enfermedad
  • Sentir que debemos hablar siempre del cáncer (pueden disfrutar de conversaciones que no estén relacionadas con su enfermedad)
  • Tener miedo de abrazar o tocar a la persona afectada, si con anterioridad lo solía hacer
  • No usar un tono compasivo o de circunstancia
  • Expresar a la persona, que sabemos cómo se siente (no lo podemos saber, a no ser que nos lo haya explicado)
  • Sentirse superado por sus cambios de conducta o humor

“No siempre podemos hacer grandes cosas, pero sí podemos hacer cosas pequeñas con gran amor” (Madre Teresa de Calcuta)